deepseek
El primer modelo de razonamiento del mundo, una forma
avanzada de inteligencia artificial, fue presentado en septiembre por OpenAI,
una empresa estadounidense. Llamado o1, este sistema emplea una "cadena de
pensamiento" para responder preguntas complejas en ciencia y matemáticas,
desglosando los problemas en pasos individuales y probando distintas
estrategias antes de presentar una conclusión al usuario. Su lanzamiento
desencadenó una carrera por imitar su método. En diciembre, Google presentó su
propio modelo de razonamiento, Gemini Flash Thinking. OpenAI respondió pocos
días después con o3, una actualización de o1.
Pero Google, pese a sus vastos recursos, no fue la primera empresa en emular a OpenAI. Menos de tres meses después del lanzamiento de o1, Alibaba, el gigante chino del comercio electrónico, presentó una nueva versión de su chatbot Qwen, llamado QwQ, con las mismas capacidades de "razonamiento". "¿Qué significa pensar, cuestionar, comprender?", preguntó la empresa en una entrada de blog adornada con florituras, acompañada de un enlace para acceder gratuitamente al modelo. Otra firma china, DeepSeek, había lanzado una "vista previa" de su propio modelo de razonamiento, denominado R1, una semana antes. A pesar de los intentos del Gobierno estadounidense por frenar la industria de la IA en China, dos empresas chinas redujeron la ventaja tecnológica de sus homólogas estadounidenses a cuestión de semanas.
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dilema para Donald Trump
Entra el
dragón
La IA china está ahora tan cerca en calidad de sus rivales estadounidenses que el propio director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, sintió la necesidad de explicar lo ajustada que estaba la diferencia. Poco después del lanzamiento de DeepSeek v3, tuiteó con cierto desdén: "Es (relativamente) fácil copiar algo que sabes que funciona. Es extremadamente difícil hacer algo nuevo, arriesgado y complicado cuando no sabes si funcionará".
Al principio, la industria china de la IA parecía de segunda categoría. En parte, esto podría deberse a las sanciones impuestas por Estados Unidos. En 2022, el Gobierno estadounidense prohibió la exportación de chips avanzados a China. Nvidia, líder en la fabricación de estos componentes, tuvo que diseñar versiones limitadas de sus productos para el mercado chino. Estados Unidos también ha intentado impedir que China desarrolle la capacidad de fabricar chips de última generación en su territorio, prohibiendo la exportación del equipo necesario e imponiendo sanciones a empresas extranjeras que pudieran ayudar en este proceso